Corazón Arrepentido

2 Corintios 7:1-11

El pecado es una ofensa contra Dios y puede ofender a otras personas

El arrepentimiento y la confesión es el medio que estableció Dios para que nos acerquemos a Dios en Fe y resolver el principal conflicto de separación.

La falta de arrepentimiento causa tristeza, enfermedad, conflictos más graves, enfermedades. Salmo 32:3-4

Corazón triste – Corazón gozoso y consolado  1-7

El versículo 1 es una conclusión del anterior capítulo y alude a las promesas para los escogidos, que nos amonestan para sacudir toda contaminación progresando constantemente en la santificación por el temor de reverencial de Dios, al andar siempre en su presencia.

Procede a tratar un asunto que lo molestaba y lo entristecía. Se trataba de acusaciones que hacían a Pablo y quizás a Tito por malentendidos y posiblemente por resentimientos del caso de inmoralidad que juzgó Pablo.

Por eso les dice hagan sitio en su corazón para nosotros, pues no tenemos mala intención, ni les hemos agraviado, perjudica ni explotado.

No trató de ofenderles a todos, sino que se dieran cuenta del ofensor y de la continua preocupación de Pablo por todos los hermanos y sus intereses.

Ahora se siente gozoso y de lo profundo de su corazón les expresa su reconocimiento y el que tiene a pesar de las tribulaciones en que se ha encontrado.

En esta porción, el apóstol especifica el motivo del consuelo y del gozo que ahora le embargaban el corazón. Antes sufría por los conflictos provenientes del exterior, como las malas lenguas y las persecuciones; y por los temores que sentía en su interior, por la situación espiritual de los corintios.

Al regresar Tito a Macedonia donde estaba Pablo, con buenas noticias se llenó de consuelo y gozo. Porque supo de la preocupación de ellos por Pablo, y la aceptación de las instrucciones de Pablo.

Corazón arrepentido 8-11

El regocijo que tuvo al enterarse del sincero arrepentimiento de ellos. Habla de una carta que no permaneció hasta nosotros.

No se alegra de la pesadumbre que les causó, sino de que aquella pesadumbre tuvo tan buen resultado: «Ahora me siento feliz, no porque os apenasteis, sino porque vuestro pesar os condujo al arrepentimiento; pues os apesadumbrasteis conforme agrada a Dios, y así no recibisteis ningún daño de nuestra parte» (NVI).

Hay un pesar, una pena o tristeza que es según Dios, esto es, como Dios la quiere y como a Dios le agrada. Es una tristeza que conduce a un sincero arrepentimiento, que es un cambio de mentalidad que nos lleva a un cambio de conducta y, por tanto, está en la línea de la salvación, porque es pesadumbre por el pecado, no por el castigo.

De este arrepentimiento no hay que remorderse, pues no deja huellas de pesadumbre, sino que produce inmenso gozo por el perdón de Dios.

Pero hay otro pesar, otra tristeza que es la del mundo, es decir, la que sufren los mundanos por la frustración de sus ilusiones, o por la pérdida de las cosas temporales o, incluso, por el pecado mismo que trae desánimo, depresión, persistente complejo de culpabilidad, etc.

No está santificado por el amor, pues no se debe a la operación del Espíritu Santo en el corazón del pecador, sino a la astuta maniobra del diablo, quien, después de conducir al pecado, desea hundir en la desesperación al pecador; por eso, dice el apóstol de esa tristeza: «produce muerte».

Dos ejemplos característicos, de ambas tristezas: Pedro y Judas

Pedro y Judas. El uno pecó al negar al Maestro; el otro pecó al venderlo por treinta monedas.

En cuanto a las señales exteriores, el remordimiento de Judas, la confesión de su pecado y la pena capital que se impuso a sí mismo sobrepasaron con mucho a las lágrimas de Pedro, pero se advierte que no fue sincero.

En Pedro había un elemento esencial, para vida que no había en Judas: el amor al Maestro, a pesar de la cobardía anterior al negarle. Por eso, el arrepentimiento de Pedro fue sincero y fructífero, mientras que el remordimiento de Judas le llevó al suicidio.

Resultado del arrepentimiento sincero

El apóstol muestra la sinceridad del arrepentimiento de los corintios basado en los buenos resultados que la tristeza según Dios había producido. Cuando se produce un verdadero cambio en la mente y en el corazón, cambian también la vida y las actitudes.

Estaban avergonzados de su pecado, alarmados ante la justa ira de Dios, llenos de afecto y deseo vehemente de ver a Pablo, de promover su honor y de aplicar al culpable la disciplina a que se había hecho acreedor. Todo eso mostraba que habían pecado por negligencia, pero no por haberse confabulado con el ofensor.

Porque he aquí, esto mismo de que hayáis sido contristados según Dios, ¡qué solicitud produjo en vosotros, qué defensa, qué indignación, qué temor, qué ardiente afecto, qué celo, y qué vindicación! En todo os habéis mostrado limpios en el asunto. 2 Corintios 7:11

Fuentes:

Henry, M., & Lacueva, F. (1999). Comentario Bı́blico de Matthew Henry. 08224 TERRASSA (Barcelona): Editorial CLIE.

Kistemaker, S. J. (2004). Comentario al Nuevo Testamento: 2 Corintios (pp. 278–293). Grand Rapids, MI: Libros Desafío.

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