Victoria de Dios

Génesis 14:1-24

Al pasar el tiempo Lot se integró a la ciudad de Sodoma y participaba en la vida pública de aquel lugar.

Abraham por su parte vivía la bendición de Dios. Iba en aumento su riqueza, sin embargo, ésta no era su riqueza principal; estaba en camino hacia una bendición más grande. Y esta historia de Lot juega su papel en que Abraham reciba la bendición más grande.

1. La primera guerra mencionada en la Biblia

Quedorlaomer, (Amrafel) rey de Elam, una potencia destacada en la escena internacional en aquel entonces, estaba al frente de otros tres reyes, también potentes. Éstos eran del noreste por el valle del Sinar, donde se había construido la torre de Babel.

Y se lanzaron a extender sus dominios. Esta es la primera guerra que se menciona de esta naturaleza, aunque desde que Caín mató a Abel el hombre siempre ha sido destructor de su hermano, derivado del pecado de Adán. Parece una cosa normal entre naciones dentro de lo que llamamos “la historia secular”.

Por su parte las naciones del sur parece que ya habían sido conquistados anteriormente, pues dicen que llevaban doce años  pagando tributos a los del norte. Así que los del norte llegaron hasta Sodoma, donde vivía Lot; y aunque el Rey de Sodoma se hizo valiente, con otros cuatro reyes, y ellos atacaron a los potentados, no podían con ellos, y fueron derrotados.

Quedorlaomer y sus aliados quedaron con todo el botín, dentro del botín fue Lot y sus bienes. No debemos olvidar que Lot era inmensamente rico. El botín valió la pena. Quedorlaomer regresa más rico y potente que antes.  

2. Abram interviene

Llega el aviso a Abram de que su sobrino fue llevado cautivo, junto con todos los de Sodoma. Está en poder de un jefe de cuatro reyes poderosos, que acaban de derrotar otros cinco poderosos. Manejan una cantidad increíble de riqueza y armas y hombres.

Abram no tiene soldados, no había comprado armas, y sus criados llegaron apenas al número de 318. No es este un ejército que espante a los guerreros, y los espías ni se dieron cuenta de su existencia. Pero Abram y sus 318 criados les siguieron, silenciosamente, hasta el norte de la tierra prometida, hasta Dan, al punto norte del mar de galilea, casi trescientos kilómetros de Sodoma.

En Dan Abram cayó sobre ellos de noche y los derrotó y les persiguió unos kilómetros más, hasta Damasco, ya fuera de la tierra prometida. Rescató a Lot, recobró sus bienes y sus vecinos.  

Abram es el gran conquistador, aunque no se explica su victoria, ni por astucia ni por poder militar, sino porque Abram es el portador de la promesa. El mundo ya tiene testimonio de que el Dios de Abram es Todopoderoso y cumple con sus promesas. Dios muestra su poder salvador por medio de este episodio. Estamos ya en camino hacia la victoria de Jesús sobre la maldad en su resurrección.

3. Entra Melquisedec. Sacerdote del Dios Altísimo y reino de Salem.

Sin previo aviso, y posiblemente una sorpresa también para Abram, Melquisedec entra en el escenario. No sabemos nada de él. El libro de los Hebreos le da importancia y nos ayuda a nosotros a entender este pasaje bíblico. Melquisedec es Rey de justicia, y también Rey de Salem, esto es Rey de paz.

Pero, Melquisedec es sacerdote, siervo del Dios Altísimo (Elyion en hebreo). Su sacerdocio es muy anterior y, según Hebreos, superior al orden del sacerdocio de Aarón, que vendría muchos años más tarde.

Sabemos entonces que Abram no fue el único creyente en el mundo de entonces; lo especial de Abram es que llevaba dentro de sí la semilla, la simiente, la promesa del Mesías. Melquisedec, con todo y ser sacerdote y Rey de Salem, no tenía ese privilegio.

Melquisedec viene a rendir homenaje al Dios de Abram.

«Bendito sea Abram por Dios Altísimo, Creador de los cielos y la tierra. Y bendito sea Dios Altísimo, que derrotó a tus enemigos por ti». NTV

Sin duda, Abram apreció la provisión de Melquisedec, pero lo importante es el gesto y no la provisión. Después de todo, Abram fue rico, más ahora que nunca, y estaba acostumbrado a viajar en el desierto.

No podemos pensar que el sufría de hambre o que tenía necesidad de provisión. Melquisedec lo reconoció por lo que era, el portador de la promesa. Cuando Melquisedec lo reconoció rindió culto a Jehová por la promesa que llevaba Abram y este lo reconoció como sacerdote y le dio los diezmos.

4. El diezmo

Aquí tenemos la primera mención directa del diezmo en la Biblia. Pero se nota que la costumbre fue bien entendida ya en ese momento Abram reconoció que todo lo que era y todo lo que tenía pertenecía a su Dios. Reconoció su relación con Dios y su obligación para con Él.

El diezmo no es en primer lugar un asunto de fondos, sino, más bien, de relación. Abram reconoce su relación con Dios; por eso diezma.

5. Abram se preocupa por la honra de Dios

El rey de Sodoma viene con una súplica especial. En una súplica muy humana, pero muy en contra de las costumbres de ese entonces. Todo ya pertenecía a Abram, hasta el mismo rey de Sodoma. Sin embargo, se atreve a pedir su gente, dejando a Abram con el botín. Abram contesta que no se quedará con nada, ni con la gente, ni con los bienes. “Ni un hilo, ni una correa de zapato tomaré yo del botín”, dice Abram.

Su comportamiento inusitado viene de su fidelidad a Dios y sus promesas. Por lo que más le interesa es la honra de Dios.

Abram no quiere que nadie pudiera pensar que otro que no fuera Dios le  hubiera hecho rico. Nada quedará con Abram, solamente que no pagará los gastos de guerra y la parte que es de los otros no la administra Abram.

Vemos a Dios cuidando a su escogido y a su pariente Lot. Y cumpliendo sus promesas por los métodos de Dios y no por recompensas de los hombres.

6. Para nosotros

  • Cuidado con ir poniendo tus tiendas hacia Sodoma y luego establecerte allí, llegando a pensar que por tu propia sabiduría puedes cambiar la situación pecaminosa en que se encuentra.
  • Dios sigue cuidando a su pueblo cumpliendo sus promesas.
  • Reconozcamos con el diezmo la Soberanía de Dios que es el dueño de todo lo que existe y de todo lo que tenemos. Reconocemos nuestra relación con el Dios soberano que hizo los cielos y la tierra y que nos envió a un Redentor para que le pudiéramos llamar Padre.
  • Cuídate de obtener riquezas que después te traten de amarrar a algún impío. Mejor honra a Dios creyendo en sus promesas.
  • Acerquémonos con confianza a nuestro sacerdote que Tenemos en Cristo, que es más glorioso que Aron, un sacerdote según el orden de Melquisedec.

Como Dice Hebreos 7:21 Los otros fueron hechos sacerdotes sin juramento, mientras que éste lo fue por el juramento del que le dijo: Juró el Señor y no se arrepentirá: «Tú eres sacerdote para siempre, según el orden de Melquisedec.»

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